Tú eres el hombre
de la primera parte de mi vida,
con quien aprendí a amarme,
y a amarte,
en la segunda parte de mi vida...
Me gusta que seas el hombre
con quien aprendo a tumbos y tropiezos
-como suele aprenderse-,
a caminar segura y gozosa por esta orilla del mar,
la de mi vida...
Eres el hombre, cuyo territorio cálido conocí con miedo,
hasta entenderlo y descubrirlo fértil de placer, combinado con la tierra de mi propio territorio...
Tú eres ese hombre cuya piel he recorrido tantas veces,
que adivinaba confiada cada risco;
hasta que descubrí que ningún camino es nunca el mismo,
que a cada paso se pueden ver con ojos nuevos
los paisajes de ayer, las curvaturas.
Y que si bien puedo caminar confiada
sobre la arena conocida de tu cuerpo
-que es como un planeta propio-,
cada partícula del polvo que te forma
se renueva al contacto cotidiano con el tiempo,
y se revela de nuevo misterioso
como cuando eras un desconocido,
pero con una ventaja:
todas las veces que le hemos dado vueltas al sol
hombro con hombro,
todos estos granos del reloj de arena
que nos han ido forjando,
a veces serenos y pacientes,
a veces con pasión desesperada,
a veces con certeza
y a veces en total incertidumbre.
Me gusta que seas el hombre
con quien sigo viviendo el universo
en horas y minutos,
para que un día pueda decir confiada,
que fue contigo con quien descubrí el secreto
de amar mejor y ser feliz por dentro,
quebrando y pegando los intentos
hasta encontrar una mezcla dichosa,
de amor por mí, de amor por tí,
de libertad y compromiso,
de amor sereno y amor apasionado,
de sueños, realidades y de intersecciones,
de coincidencias construidas con anhelo,
de mi felicidad y de la tuya,
de lo que en la vida es etéreo
y de lo que es concreto,
de ti y de mi, de mi y de ti
y de nosotros.
O lo que es lo mismo: Baby that's what love is all about... ¡Feliz cumpleaños!
Fotos de Gabriela Bobadilla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario