Silencio

No me gusta llegar a mi casa y que me reciba el silencio. Cada objeto en el lugar exacto en que se había quedado en la mañana. Cada partícula de polvo esperándome impaciente. Cada pared ansiosa por rebotar el sonido de mis pasos.

El día puede haber sido intenso y luminoso, lleno de gente, de color, de música, de vida. Pero llega la noche y todo vuelve a su nido. También yo. Es ése nido el espejo de uno mismo. Y el mío esta noche es hermoso, pero silencioso, solitario, sombrío, indiferente. Podría no haber llegado, y nadie habría llamado para preguntar en dónde estoy.

No me gusta llegar a mi casa y que me reciba el silencio.

Silencio
escúchalo
te espera solitario
te aguarda sigiloso
inmóvil e inquietante
como el espejo acuoso
de un lago si no hay viento
como una noche obscura
sin soles ni planetas tintineando
como una flor perenne
que no requiere de agua
como polvo en reposo
avejentado
como un cristal tan limpio
que parece paisaje
pero es cuadro.