miércoles, 25 de junio de 2008

Multitareas: un estilo de vida

Arrullo virtual: la abuela de Renato cantándole una canción de cuna,
 desde Inglaterra, hasta su cuna en el sur de la Ciudad de México.

Esta mañana lei un artículo muy provocativo en el Newsweek: "¿La generación más tonta? No sea tonto"(1) Analiza la forma de razonar, la forma de aprender y la forma de percibir el conocimiento, de la llamada Generación Y (las personas nacidas entre 1980 y 1997). Por cierto, ¿qué generación seremos los nacidos en 1969 (mi año) y 1979, o los nacidos después de 1998... investigaré.

El artículo aborda un tema interesante y de gran importancia: el debate acerca del beneficio o perjuicio de la era de la información electrónica, a las mentes de estos jóvenes que aún no llegan a los 30 y en cuyas manos, dentro de poco, estará el mundo. Cuestiona los conceptos que tenemos acerca de la inteligencia, de la importancia de conocer la historia, y de las habilidades necesarias para vivr y aportar en un mundo como el nuestro en esta época. Vale la pena leerlo, para hacernos preguntas importantes y tratar de vivir las respuestas lo mejor posible... Echenle un ojo.

Por lo pronto, me quedo con una reflexión acerca de uno de los elementos que analiza este artículo: la famosa habilidad multitareas con que nos manejamos en el mundo hoy día. 

Todos hemos escuchado lo peligroso que es manejar y hablar por celular al mismo tiempo -incluso si usamos el "manos libres". Y sin embargo lo hacemos. Convencidos de nuestra capacidad de reaccionar pese a la enorme demanda que le ponemos al cerebro cuando tratamos de coordinar pies y manos con el volante y los pedales -y hasta la palanca de velocidades; mirar todo a nuestro alrededor para esquivar cualquier obstáculo; escuchar las noticias y tratar de entender lo que está pasando en la Cámara de Diputados; tratar de seguir el hilo de la conversación de la hija que nos comenta con lujo de detalles sus cuitas escolares del día; tranquilizar el connato de llanto del bebé que ya está cansado de ir en el auto, y de remate, atinarle al botoncito para contestar el teléfono que suena. Y la  mayoría de las veces, lo logramos... aunque en ocasiones estemos a punto de pasarnos un alto que nuestro abrumado cerebro no registró.

El artículo afirma que, si bien es cierto que es posible desarrollar esta habilidad -es cuestión de práctica-, más allá del peligro que corremos cuando hacemos este tipo de irresponsables malavares, "lo que se sabe es que las multitareas afectan el aprendizaje. Tareas difíciles como aprender cálculo o leer "La Guerra y la Paz" se ven afectadas negativamente."

Y me quedo pensando: ¡es verdad! Si algunas veces es difícil seguir una conversación por chat al tiempo que estamos navegando en Internet (y esto no tiene mayor relevancia porque no afecta a nadie), imagínense tratar de aprender todas las cosas que nos enseñaron en primaria, secundaria y prepa -por no hablar de la universidad-, ahora que el estilo es hacerlo mientras se escucha el ipod, se buscan páginas interesantes en la red, se chatea con el novio y se intercambian mensajes de texto con los cuates por el celular.

Y sin embargo, como diría Galileo, ¡se mueve!  La realidad es que los chavos lo hacen... y de una u otra manera, lo logran. Yo me pregunto -y, por supuesto, no tengo la respuesta-, si podríamos caminar por esta vida de siglo veintiuno de otra forma. Quiero decir, así son las cosas. Yo que trato de abstraer a mi hija de la enajenación electrónica -pese a que yo misma he sido devorada por la adicción a la red-, creo que le estoy haciendo un bien. Varios libros sobre pedagogía y puericultura lo recomiendan. Pero, ¿será verdad?

¿No necesitarán vivir en "modo multitareas" para aprenderlo, para desarrollar la habilidad e ir adaptando su cerebro para funcionar -ser funcionales- en el mundo que les toca vivir? 

Me pregunto... sólo me pregunto.

Y, por cierto, ¿cuántas ventanas del navegador tienes abiertas mientras lees esto? (Anoche que mi hija se acercó a mi escritorio, se quedó mirando la pantalla y me preguntó: "¿Estás haciendo nueve cosas a la vez?" Ese era el número de ventanas que contó en mi monitor.

(1) Begley, Sharon e Interlandi, Jeneen, "¿La generación más tonta? No sea tonto", en Newsweek en Español, Junio de 2008, pp. 39-40.

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