Arrullo virtual: la abuela de Renato cantándole una canción de cuna,
desde Inglaterra, hasta su cuna en el sur de la Ciudad de México.
El artículo aborda un tema interesante y de gran importancia: el debate acerca del beneficio o perjuicio de la era de la información electrónica, a las mentes de estos jóvenes que aún no llegan a los 30 y en cuyas manos, dentro de poco, estará el mundo. Cuestiona los conceptos que tenemos acerca de la inteligencia, de la importancia de conocer la historia, y de las habilidades necesarias para vivr y aportar en un mundo como el nuestro en esta época. Vale la pena leerlo, para hacernos preguntas importantes y tratar de vivir las respuestas lo mejor posible... Echenle un ojo.
Por lo pronto, me quedo con una reflexión acerca de uno de los elementos que analiza este artículo: la famosa habilidad multitareas con que nos manejamos en el mundo hoy día.
Todos hemos escuchado lo peligroso que es manejar y hablar por celular al mismo tiempo -incluso si usamos el "manos libres". Y sin embargo lo hacemos. Convencidos de nuestra capacidad de reaccionar pese a la enorme demanda que le ponemos al cerebro cuando tratamos de coordinar pies y manos con el volante y los pedales -y hasta la palanca de velocidades; mirar todo a nuestro alrededor para esquivar cualquier obstáculo; escuchar las noticias y tratar de entender lo que está pasando en la Cámara de Diputados; tratar de seguir el hilo de la conversación de la hija que nos comenta con lujo de detalles sus cuitas escolares del día; tranquilizar el connato de llanto del bebé que ya está cansado de ir en el auto, y de remate, atinarle al botoncito para contestar el teléfono que suena. Y la mayoría de las veces, lo logramos... aunque en ocasiones estemos a punto de pasarnos un alto que nuestro abrumado cerebro no registró.
El artículo afirma que, si bien es cierto que es posible desarrollar esta habilidad -es cuestión de práctica-, más allá del peligro que corremos cuando hacemos este tipo de irresponsables malavares, "lo que se sabe es que las multitareas afectan el aprendizaje. Tareas difíciles como aprender cálculo o leer "La Guerra y la Paz" se ven afectadas negativamente."
Y me quedo pensando: ¡es verdad! Si algunas veces es difícil seguir una conversación por chat al tiempo que estamos navegando en Internet (y esto no tiene mayor relevancia porque no afecta a nadie), imagínense tratar de aprender todas las cosas que nos enseñaron en primaria, secundaria y prepa -por no hablar de la universidad-, ahora que el estilo es hacerlo mientras se escucha el ipod, se buscan páginas interesantes en la red, se chatea con el novio y se intercambian mensajes de texto con los cuates por el celular.
Y sin embargo, como diría Galileo, ¡se mueve! La realidad es que los chavos lo hacen... y de una u otra manera, lo logran. Yo me pregunto -y, por supuesto, no tengo la respuesta-, si podríamos caminar por esta vida de siglo veintiuno de otra forma. Quiero decir, así son las cosas. Yo que trato de abstraer a mi hija de la enajenación electrónica -pese a que yo misma he sido devorada por la adicción a la red-, creo que le estoy haciendo un bien. Varios libros sobre pedagogía y puericultura lo recomiendan. Pero, ¿será verdad?
¿No necesitarán vivir en "modo multitareas" para aprenderlo, para desarrollar la habilidad e ir adaptando su cerebro para funcionar -ser funcionales- en el mundo que les toca vivir?
Me pregunto... sólo me pregunto.
Y, por cierto, ¿cuántas ventanas del navegador tienes abiertas mientras lees esto? (Anoche que mi hija se acercó a mi escritorio, se quedó mirando la pantalla y me preguntó: "¿Estás haciendo nueve cosas a la vez?" Ese era el número de ventanas que contó en mi monitor.
(1) Begley, Sharon e Interlandi, Jeneen, "¿La generación más tonta? No sea tonto", en Newsweek en Español, Junio de 2008, pp. 39-40.
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