viernes, 24 de octubre de 2008

Elijo la fortaleza



miedo. 1. Perturbación angustiosa del ánimo por un riesgo o daño real o imaginario. 2. Recelo o aprensión que alguien tiene de que le suceda algo contrario a lo que desea. 

fortaleza. 1. Fuerza y vigor. 2. En la doctrina cristiana, virtud cardinal que consiste en vencer el temor y huir de la temeridad. 3. Recinto fortificado.

¿Cuál eliges tú? Yo, por supuesto, elijo la fortaleza... ¡pero tengo miedo! Esto de mi condición humana a veces es un problema. Mi intuición sabe lo que es mejor, y yo simplemente, me acobardo. 

Pero el otro día llegó a mi mente, como un regalo de alguien muy querido, la posibilidad de este trueque: "Vamos a eliminar esa palabra de nuestro diccionario interno. Transforma el miedo en deseo". Me dejó girando el pensamiento a velocidades delirantes. Imaginando todos los miedos que podría transformar en deseos. Y pensando en cómo los deseos son el primer paso de las realidades que creamos para nosotros. Esta propuesta se trata de enfocarnos en las posibilidades -en lo positivo-, en vez de en las limitaciones -lo negativo-.

Así, en lugar de decir: "tengo miedo de equivocarme", podría decir "deseo tomar la mejor decisión." La primera aseveración deja a mi mente enfocada a la limitada esfera de esa decisión tomada, que me causa el miedo de errar. La segunda, en cambio, abre mi horizonte de posibilidades, para permitirme encontrar aquella que sea la mejor.

O aterrizando más. En mi caso, el peor miedo que tengo es a la soledad. Pero ¿qué pasa cuando digo "tengo miedo de estar sola"? Pasa que me enfoco en ese miedo, y se desata la sensación paralizante que lo acompaña, y mi impulso de supervivencia me hace estar dispuesta a cualquier cosa, cualquiera, con tal de no encontrarme con el monstruo que amenaza mi seguridad.

Por otro lado si reenfoco esta idea y digo: "deseo tener una vida llena de relaciones significativas y felices, rodeada de personas a quienes ame y que me amen", el espectro de posibilidades se amplía considerablemente.

Transformemos, pues:

Tengo miedo de estar en el bosque Vs Deseo aprender a disfrutar del bosque
Tengo miedo de ser engañada Vs Deseo una relación digna de confianza
Tengo miedo de la crisis económica que anuncian por todos lados Vs Deseo construir un estilo de vida sustentable
Tengo miedo de bucear Vs Deseo conocer la belleza del mundo submarino
Tengo miedo de enfermarme Vs Deseo gozar de salud y energía
Tengo miedo de divorciarme Vs Deseo ser feliz
Tengo miedo de los dragones Vs Deseo vencer a los dragones

El deseo está contenido en la fortaleza, no en el miedo. Éste último paraliza, al grado de no dejar ni pensar, mucho menos desear... La mente que entra en pánico sólo puede ver lo que no quiere.  La fortaleza, por su parte, moviliza, impulsa hacia adelante, obligándonos a mirar todas las alternativas a la vista y a elegir el camino que parezca acercanos más a la meta que deseamos alcanzar. Cuando se trata de una edificación, la fortaleza está siempre colocada en una posición estratégica, que permite una visión amplia del terreno circundante, y también del más lejano.

Después de esta reflexión me quedo, más convencida aún, de que elijo la fortaleza; de que el miedo es algo muy estorboso y limitante, y de que adoro la palabra Deseo.

 


2 comentarios:

  1. Lilyán, las palabras son tu fortaleza, el "deseo" de seguir escribiendo te ayudará a salir adelante, tus hijos y la palabras son la mejor medicina para el "Mal de amores"

    Te recomiendo leer el mejor libro que existe "Diccionario", y si encuentras uno de Mexicanismos, mucho mejor, encontraras cada día una palabra, palabras que te ayudaran en este viaje momentáneo de tu vida, he puesto un post dedicado a ti, espero que te guste.

    Saludos amiga, Menospausas

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  2. Querida Menospausas,

    ¿De dónde sales con tanto cariño para mi? Eres un ángel que se me aparece en este universo misterioso de la red. Muchas gracias por tus palabras y, en especial, por tu amistad sin más motivo que brindarla.

    También gracias por el post que me dedicaste en tu página. ¡Qué aliciente me presentas! Ahora corro, ¡porque corro!

    http://lastresyuncuarto.wordpress.com/2008/10/28/menospausaspara-lilyan-para-que-siga-corriendo/

    Un abrazo con todo mi cariño.

    Lilyán

    ResponderEliminar

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