Vivir aquí, en este barrio, no por el número de años pasados sobre el planeta tierra, sino por las lecciones aprendidas en la vida, tendría que ser una experiencia feliz. Tendría ya que haber aprendido que todo lo ajeno a mi misma no puede dañarme, a menos de que yo misma lo permita. Que aunque no siempre las cosas son como a mi me gustaría, siempre hay alternativas. Que, como dicen los que saben, "el dolor es inevitable, pero el sufrimiento es opcional". Y no sólo se trata de volverse un experto en no sufrir en situaciones sufribles, sino de quitarse del lugar en donde la vida te lastima y elegir el amor. Especialmente el amor por una misma.
Mantengo mi promesa de no olvidarme de ser feliz, al menos hoy.
sábado, 25 de abril de 2009
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