Y bueno, para ser congruentes, debo entonces comprometerme a todo esto HOY. Mañana me lo vuelvo a prometer.
Lo anterior vino de una importante reflexión que tuve ayer... Éste, ha sido uno de los años más felices y plenos que he tenido últimamente: encontré congruencia, me sentí íntegra, seguí mi vocación, me he sentido amada, deseada, correspondida, recobré mi autoestima perdida en un obscuro sótano que ha quedado atrás, he concretado sueños que hacía poco sospechaba ya inalcanzables, y he escrito más poesía de la que había concebido en toda mi vida. Y sin embargo, me estaba echando a perder el instante con fantasmas venidos de un tiempo pasado. Y, peor aún, con otros fantasmas que ni siquiera existen todavía: mis enormes y constantes expectativas que siempre estoy cuidando como si hubiera posibilidad alguna de saber si estaré aquí mañana.
Este es el intento de siempre, tal vez lo será del resto de mi vida. Pero el objetivo es no perderlo, seguir intentando tantas veces como sea necesario. Recordármelo a mi misma cada vez que lo olvide, aunque esto suceda cada media hora o menos: sólo tengo este instante, y de lo que se trata es de ser feliz. Y si sólo tengo este instante, basta con que lo sea ahorita, en este mismo momento.
Este segundo es perfecto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario