Te miro, te envidio. Me miras, me envidias.

Fotografía de Hana Matsumoto
Exposición fotográfica Infancias, Galería Hecaro, Ciudad de México

¡Cuántas ganas tenía de “ser grande” cuando era niña, como tú! Cuántos deseos de que pasara el tiempo para saber qué sería de mi vida, para alcanzar todos mis sueños, para volar cuando no sabía ni caminar. Hoy, te miro, pequeña, y me desarma la inocencia en tu mirada, la sonrisa espontánea por las cosas más simples, la enorme capacidad de olvidar las ofensas y recordar los buenos ratos, y hasta magnificarlos... “¿Te acuerdas cuando fuimos a la feria y nos subimos a la montaña rusa más alta del mundo y vimos el planeta desde allá arriba chiquititito, y fuimos tan valientes que no gritamos nada? ¡Fue el día más feliz de mi vida!” Hoy, magnifico mis problemas, me ahogo en vasos de agua, todo me parece poco, quiero siempre más, y recuerdo más los días más infelices de mi vida...

Sé que tú me miras y sueñas con ser yo... sé que desde tu lugar el mundo puede verse amenazantemente inmenso, sé de la impotencia que te dan los límites impuestos por los adultos, sé de la sensación de injusticia que te abruma cuando suceden cosas a tu alrededor que no dependen de ti ni de tus decisiones, pero que afectan directamente tu vida, sé de lo difícil que puede ser crecer mientras ensayas el crecer y sientes que en cada pasito se te va la vida... Y sin embargo, ríes. ¡Cómo ríes! Y sin embargo, perdonas, ¡con tanta facilidad! Y sin embargo confías, como si muy dentro de ti tuvieras la sabiduría de los iluminados y supieras, a ciencia cierta, que todo estará bien, pese a lo que parezca. Eres sabia, pequeña, y sin embargo, eres una niña con el lienzo de la vida apenas comenzado, con todo el blanco del mundo para pintar de colores, a tu gusto, este recién abierto regalo que es tu vida.

Píntala, mi niña, ¡de todos los colores! Utiliza acuarelas, pasteles, óleos, acrílicos, pigmentos naturales, crayolas, plumones, carbones.... píntala sin recato alguno, siguiendo sólo a tu corazón, sé generosa con todos los colores y, sobretodo, sigue riendo mientras llenas de vida tu lienzo... para ser feliz, sólo tenemos el instante de cada pincelada.

Texto presentado para la exposición fotográfica-blogger Infancias, em Galería Hecaro, Cd. de México