Vacaciones extenuantes

Las vacaciones suelen ser una ilusión de descanso. Pero se quedan en ilusión, porque el romper la rutina, el cargar con maletas de una lado a otro, el comer fuera de casa, el andar sin saber muy bien por donde andas, y sobretodo, el perseguir niñitos que caminan tambaleantes por terrenos que no les son familiares.... ¡nada de eso es relajante!

No obstante, ¡con cuánto gusto, con cuánta emoción, con cuánta ilusión y entusiasmo esperamos las vacaciones! Hoy, a esta pequeña familia, le llegó el día. Llegó el esperado "lunes" en que saldremos de vacaciones. Las maletas están en la puerta, ansiosas. Los niños más inquietos de lo normal, deseosos de salir en este mismo segundo; el auto a punto esperando alegre su oportunidad de avanzar más de 10 metros antes de detenerse y yo.... Yo la verdad, tengo más ganas de enviarlos a todos por paquetería hasta Cocoyoc, y quedarme en el silencio de mi casa a escribir sin sobresaltos.

Pero sé que voy a disfrutarlo, sé que voy a agradecer la decisión de haber salido tan pronto lleguemos a la carretera y contemple extasiada, como siempre, los paisajes boscosos, los horizontes lejanos, el cielo azul que se ve más amplio por ahí, atravesar la sierra del tepozteco, mirar esas formaciones rocosas que me quitan el aliento, pasar la segunda caseta y cruzar el pueblo de Oaxtepec, y entrar al paraíso: sol, jardín, agua, cielo azul. Risas, juegos, botanita y amigos. En realidad, ¿qué más se puede pedir? Ya despés, habrá tiempo para descansar.

¡Buen viaje Lilyán, Sabina, Renato! ¡Diviértanse mucho!