martes, 1 de febrero de 2011

¿Too young to die?, ¿Too old to rock & roll?


Colaborador invitado: Edmundo Rostán,

Diseñador, melómano y soñador

No sé si los cuarenta sean la peor o la mejor edad, quizá podré saberlo cuando llegue a los 50 o a los 60 o qué se yo. La vida nos sorprende a cada momento.

A la mitad de los treinta, una enfermedad terminal me sorprendió y me puso seriamente a pensar que quizá no llegaría a este barrio. Pero todo quedó atrás.

Veo a los cuarenta como cuando avientas algo hacia arriba: al principio vas subiendo con mucha energía, sientes un vértigo terrible sin saber cuándo llegarás o a dónde. Lo cierto es que no te detienes, y quieres llegar lo antes posible. ¿A dónde? Quién sabe. Experimentas una serie de sentimientos encontrados: arrebato, adrenalina, angustia, miedo, excitación, deseo, frustración, apegos pérdidas, etc., etc., etc... Y quizá los cuarenta sea este estado de reposo cuando paras de subir: y quizá este espacio entre los treinta y los cincuenta sea el momento de reposo antes de cumplir una ley fundamental, todo lo que sube tiene que bajar.

Lo comparo con aquel momento en el que llegabas al punto más alto en el columpio, te detenías un poco y ese momento parecía congelarse en el tiempo. Podías ver hacia arriba, sentirte diminuto, ver hacia abajo y sentirte por un momento encima del mundo que te rodeaba; disfrutabas del paisaje a tu alrederor pero, más allá de todo esto, te invadía una sensación de libertad y equilibrio perfectos.

Siempre he sido un soñador, de niño estaba seguro de que si construías un columpio lo suficientemente grande, podías tomar un buen impulso y saltar del columpio en el punto más alto, y sin duda alcanzarías la luna. Hasta el día de hoy mi pensamiento no ha cambiado: sigo construyendo ese columpio en el que un día me podré columpiar hasta llegar a la luna. Si no, lo dejaré terminado para que otro soñador lo haga.

Dicen que soy un soñador pero no soy el único. John Lennon, quien murió unos meses después de cumplir los 40.


2 comentarios:

  1. De niña me encantaba columpiarme y llegar hasta lo más alto. No tenía miedo. Sólo quería saltar y sentir que volaba....

    Hoy, a mis 41, el columpiio es solo una mecedora para mi... Me asusta el vuelo y luego la caida.

    Bezozzzz

    ResponderEliminar
  2. La mejor edad es y será aquella que nos hace vibrar y disfrutar de cada día, minuto y segundo que vivimos.

    ResponderEliminar

www.loscuarentaysusalrededores.blogspot.com's Fan Box

¡Ayúdanos a llegar a la meta de El Semillón!

¡Ayúdanos a llegar a la meta de El Semillón!
Apoya a otras mujeres con sus proyectos: conviértete en donante de Semillas.