¿No sería maravilloso poder aprender en cabeza ajena?
El otro día platicaba por email sobre esto con Luis, mi nuevo amigo, a propósito de un texto que reflexionaba sobre la vida, escrito por Jorge Luis Borges. Hablaba de la importancia de vivir el presente con intensidad, de darle su tiempo a las cosas y personas realmente importantes, de aprender a perdonar, de no dejar de decir lo que sentimos por los demás... ¡vaya! de aprovechar la vida con la conciencia de que es irrepetible.
Y le decía yo a Luis... ¡lástima que esa sabiduría llegue por lo general cuando es demasiado tarde! Aprender a aprender en cabeza ajena debería ser una meta de la vida, algo que enseñáramos a los niños, porque esa capacidad nos llevaría a evolucionar en seres más felices...
¿Crees que esta es una posibilidad real para ti? ¡Cuéntame!
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