martes, 13 de mayo de 2008

Crisis de alimentos y consumo compulsivo


Me llamó mucho la atención un artículo de Kenneth Rogoff, en el Reforma del 4 de mayo, cuyo título reza: "Lo positivo de los commodities caros".  ¿Qué podrían tener de positivo los precios altos?, pensé. Y en el primer párrafo encontré la respuesta. A ver qué les parece:

"El fuerte aumento que experimentan los productos básicos, o commodities, pone en evidencia una verdad fundamental que muchos políticos, particularmente en Occidente, no quieren que escuchemos: los recursos naturales del mundo son finitos y, a medida que miles de millones de personas en Asia y otras regiones salgan de la pobreza, los consumidores occidentales tendrán que compartirlos. Aquí hay otra verdad: el mecanismo de precios es una manera mucho mejor para asignar recursos naturales que ir a la guerra, como las potencias occidentales solían hacerlo en el siglo pasado."

Me parece una afirmación polémica, pero interesante, ¿no? Uno podría pensar que es una afirmación discriminatoria de los que menos tienen, pero lo que él propone es que los gobiernos se enfoquen en proteger sólo a sus ciudadanos más pobres y dejar que los precios altos sean un llamado de atención para los demás. Me pareció sensato.

Y es que, no podemos negarlo, en occidente estamos inmersos en una cultura del consumismo atroz. Yo lo reconozco en mi, y no me enorgullece. Tengo algunos años trabajando en contrarrestar mi impulso de compra. Y creo que he mejorado. En los últimos tiempos, salvo que sea algo verdaderamente importante, no utilizo las tarjetas de crédito. Y eso es un gran avance porque solía hacerlo indiscriminadamente.

Aún así, cuando cada tres o cutro meses hagom"limpieza" de clósets, jugueteros y cachibaches, no me explico en qué momento acumulamos tantas cosas. Es impresionante. Claro, también está el asunto dell apego. Adquirir cosas es algo de casi todos los días; deshacernos de algo a veces toma años de hibernación en el armario,  ¡otros tantos de incubar la idea de "debería de regalar este abrigo morado que nunca uso" en la mente!

Habría que hacer un ejercicio para cultivar el desapego antes de comenzar la limpieza, pero sobre todo un ejercicio de conciencia al comprar. Seguro que, mientras estamos formados en la fila para pagar, podemos identificar más de una cosa que estamos comprando por puro impulso, porque algun experto en la mente de los consumidores nos la puso en el camino para provocar que lo tomáramos sin pensar. 

En vez de dejarnos atrapar por los exhibidores colocados en las cajas para que sigamos en el trance de comprar hasta el último segundo antes de pagar (momento catártico en el que echamos a la banda la cajita de chicles, la revisa que no acanzamos a terminar de hojear y los rastrillos por si ya se nos acabaron), como si fuera nuestra última oportunidad de comprar en la vida... podríamos intentar revisar lo que ya tenemos y ponernos el reto de sacar del carrito al menos tres cosas -para empezar-. Y esto, no sólo en un afán materialista de ahorrar dinero y mantener nuestra alacena mejor organizada, sino sobre todo, en un intento genuino por contribuir a detener el degradamiento ambiental con el enorme desperdicio de recursos que representa nuestra compulsividad. También, por supuesto, si logramos generar una tendencia de disminuir el consumo, estaríamos contribuyendo a reducir los precios en el mediano plazo... ¡sería buenísimo! ¿no?

Este es el tipo de temas que siempre me han inquietado, pero que ahora que estoy en el barrio, cobran más y más sentido... Antes me sentía idealista y progresista cuando me preocupaba y ocupaba de defender el medio ambiente. Hoy, sé que no sólo es un ideal sino una gran responsabilidad por el planeta que me alberga y que es el único lugar en el que podrán vivir mis hijos, y sus hijos y los hijos de sus hijos...

Hoy voy a comprar tres cosas menos... esa es mi promesa del día.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

www.loscuarentaysusalrededores.blogspot.com's Fan Box

¡Ayúdanos a llegar a la meta de El Semillón!

¡Ayúdanos a llegar a la meta de El Semillón!
Apoya a otras mujeres con sus proyectos: conviértete en donante de Semillas.