martes, 13 de mayo de 2008

¡Rompí mi record de 4!

¡Wow! Estoy feliz. Hoy corrí 5 kilómetros.... ¡c-i-n-c-o¡ Apenas puedo creerlo. Digo, no crean que fue un récord de velocidad ni de resistencia como para publicarse en un blog de corredores, pero lo hice yo: esta yo que no corre, esta yo que pensaba que nunca lo iba a hacer, esta yo que no aguantaba ni 10 minutos hace unas cuantas semanas, ¡esta yo que se asumía totalmente sedentaria!

Cuando vi que ya estaba llegando a mi meta, lo primero que pensé fue que tenía que venir al barrio a contárselos, y que tenía que agradecérselo a Luis Guerrero. Creo que él ni se imagina lo que provocó con una frase tan inofensiva dicha de forma tan casual: "Empieza hoy, aunque sea sal a caminar, y vas a ver que lo vas a lograr".  No es que haya sido algo muy novedoso, pero fue un voto de confianza que nadie me habia dado antes en este tema del ejercicio. 

Crecí rodeada de hombres a los que les gustaba el deporte. Mi papá es un deportista buenísimo. Le encanta el tenis, el golf, el futbol, y creo que todo lo que se trate de moverse. Y aunque hizo intentos por inducirme al deporte, nunca demostré tener gran potencial... Y él tampoco fue muy insistente. 

Recuerdo a mi hermano también deportista desde niño y hasta que tenía unos 22 años, cuando le dio una enfermedad rarísima llamada Síndrome de Guillain-Barré que afecta la movilidad de las extremidades. Aunque afortunadamente se curó, las secuelas que tuvo en un inicio lo alejaron de la actividad física y creo que le ha costado trabajo retomarla (Ahora que lo pienso, tal vez también está sintiendo los efectos de acercarse al barrio porque últimamente lo he visto hacer un esfuerzo por retomar el deporte. Está jugando squash ¡y bailando!).

Y ¡ni qué decir de Bernardo! Estoy casada con un verdadero Sport Billy. A Bernardo le gustan todos los deportes, le gusta practicarlos y verlos por televisión. Y no importa lo que lo pongas a hacer, suele aprenderlo rápido y hacerlo muy bien. Cuando nos conocimos, en la Uiversidad, jugaba beisbol; en la prepa había jugado americano y beis; y cuando vivimos en Japón se volvió fan de la bicicleta de montaña. Hoy en día es un gran aficionado a la bicicleta de ruta; corre varios kilómetros en pocos minutos y parece que ni se cansa, y cuando tiene tiempo hace spinning. No hace nada de esto con tanta asiduidad como quisiera -el trabajo no le deja mucho tiempo para hacer lo que le gusta-, pero trata de hacerlo siempre que tiene tiempo libre.

El asunto es que yo nunca me sentí a la altura de ninguno de los deportistas a mi alrededor... y decidí que ni para qué me preocupaba, yo no había nacido para esto. "Cada quien tenemos distintos talentos, y los míos de plano no están en el deporte", pensaba para justificarme.  Y bueno, no es que ahora piense que erré la profesión y debí haberme dedicado al deporte con vistas a participar en las olimpiadas, pero este pequeñísimo logro -mis 5 kilómetros en 35 minutos de hoy-, me hace sentir muy motivada y creer que, si me mantengo en movimiento -aunque sea poquito-, iré mejorando y, tal vez, por qué no, hasta pueda participar en una carrera como dije un poco en broma en una de las primeras entradas de este blog. Y bueno, para no dejarlo en el aire, he decidido ponerme una nueva meta para este año:

Meta 2008: 
Terminar una carrera de 10 kilómetros. 
Ancla motivacional: 
Correré por la autonomía del Tíbet. 

¿Quién se une a la meta conmigo?

Entre broma y broma uno dice muchas verdades. Y aquí les cuento una. Cuando hace unas semanas comencé a ir con más regularidad al club tratando de hacer algo de condición física para poder correr, el entrenador me preguntó que cuál era mi meta. Yo le señalé a Bernardo, que estaba corriendo alegremente en una caminadora cercana: "Alcanzar a mi marido". Y sí, esa fue mi motivación inicial. Quería encontrar nuevas aficiones en común para compartir. 

Hoy, sin embargo, me di cuenta de algo. Ya no estoy haciéndolo con la misma motivación. Los primeros días quería que Ber me viera corriendo (aunque el espectáculo no era nada alentador: Lilyán sacado la lengua como a los 8 minutos, tratando de respirar a bocanadas, y corriendo con muy poca coordinación -todos los deportistas del club descansan cuando termino mi carrera, porque según me dice Ber piso tan fuerte que hago mucho ruido-). Pero hoy cuando terminé mi ejercicio, me sentía tan satisfecha conmigo misma, que cuando pensé que lástima que no estuviera Ber ahí para que viera cómo corrí, me di cuenta de que realmente eso no me restaba satisfacción. Por supuesto que me encata la idea de algún día poder compartir con Bernardo el deporte a un nivel estimulante para ambos. ¡Me en-can-ta-ría!  Pero creo que hoy sentí por primera vez el placer de conquistar mis propios retos en este terreno. Y sentí que, ésta vez, no estaba tratando de "alcanzar" a nadie. O mejor dicho, que estoy tratando de alcanzarme a mí misma; alcanzar mi potencial en este aspecto de la vida. 

¡Wow! ¡Qué bien se siente!

Por cierto, hablando de nuevos hábitos saludables, hoy me enteré de una campaña organizada por Televisa, para promover buenos hábitos alimenticios y de ejercicio, y prevenir o luchar contra la obesidad entre los mexicanos. 


Más allá de que una de sus herramientas es un "reality show" que me parecen degradantes, creo que es una campaña muy loable. Y
siendo, como es el caso en México, la televisión el medio de comunicación más socorrido y acreditado ante los ojos de la mayoría de la población, creo que tiene buenas posibilidades de generar una "fiebre" por la salud, por comer sano y por ejercitarse.... ¡Sería maravilloso! ¿Se imaginan que en nuestro país saliéramos al parque los fines de semana y encontráramos a muchas familias caminando, trotando juntas, jugando basket, o andando en bici? Sería muy motivante.  Deseo de todo corazón que esa iniciativa tenga éxito y genere una cultura de estilo de vida saludable en mucha gente. 

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