Hoy comienzan mis cuarentas, ¡ahora sí! Es mi cumpleaños número 39, una década más. Me siento emocionada y agradecida. Termino los treintas llena de bendiciones. Tras un largo y doloroso período de crisis personal, mis cumpleaños llega en medio de la paz.
Mis primeros pensamientos son de gratitud: mi familia está en pie, tras la tormenta; Mis hijos están sanos y felices. Cuando los oigo platicar -Sabina haciéndole gracias a Renato que le responde a carcajadas- lo que viene a mi mente es una pregunta "¿qué es esto si no felicidad?"; yo también gozo de salud; mi vida está rodeada de gente que me ama, mi familia, mis amigos; estoy dedicando más tiempo que nunca a lo que siempre he querido, escribir. Hay muchas áreas de oportunidad en mi vida en el momento, y también eso es algo bueno. Tengo metas que me motivan y me tienen en mi estado ideal, activa. Soy una mujer afortunada, y lo agradezco profundamente.
Hoy no me despertó el canto de ningún pájaro como en las novelas románticas, de hecho, me costó abrir el ojo porque estaba profundamente dormida, soñando algo rarísimo: me veía en un gran salón que tenía como siete filas de mesas largas, con varias computadoras cada una. Al frente de cada monitor, estábamos los estudiantes. Al parecer era una escuela de escritores. Y nos estaba sermoneando un profesor que criticaba con sorna a "esos aspirantes que están obsesionados con tener un blog, porque creen que todos lo tienen. Escriben y escriben y se repiten a sí mismos, sin saber que nadie los lee. Nadie tenemos tiempo de leer los blogs de otros. Pero no se imaginan su vida sin uno, lo consideran un requisito indispensable para sentirse escritores. Si supieran que todos aquí tienen lo mismo en la mente..."
En fin, que esa era la deliberación de mi mente cuando, una sensación extraña me sacó de ese sopor... Pronto la reconocí, era Bernardo que me despertaba a besos. Este año su regalo fue lo que yo llamo un "Paquete de Placer": crema de gengibre para suavizar y estimular la piel; crema en spray para tonificar el rostro; crema de noche de algas marinas; polvo compacto (que ya me hacía falta), y un certificado de regalo para El Spa, con un servicio llamado "All inclusive". Estuve tres horas tendida en una camilla recibiendo masaje de pies, manos y cuerpo, mascarilla exfoliante de chocolate para el cuerpo y de miel para la cara, cera de durazno para las manos... Salí de ahí, como volando.
El día no ha terminado, pero desde anoche tomé la decisión. El regalo que me quiero dar, es vivir un día feliz. Y hasta ahora, lo voy logrando.
Lilyán, Feliz cumpleaños!!!!!! apenas me enteré que fue tu cumpleaños, oops.
ResponderEliminarMe parece, como ya te lo había comentado antes, que la edad que estamos viviendo es maravillosa. Que por fin, después de mucho tiempo, podemos aceptarnos tal y como somos y como resultado aceptamos todo lo que nos rodea. No sé si aceptar es la palabra correcta, más bien creo que hemos aprendido a ser "más tolerantes".
Estuve pensando en ti toda la mañana y decidí meterme a tu blog, en un pequeño descanso que me permití, y me hiciste recordar lo feliz que me siento en estos momentos, con toda la angustia que me invade por el "cambio", pero aún así me siento muy feliz. Mi hijo es una maravilla y yo me enamoro de esa maravilla todos los días. Me encanta viajar, como tú bien sabes, y eso me llena de un sentimiento increible. Hace rato miraba por mi ventana y pensaba, "wow, en un par de días voy a estar asomada a una ventana en otro lugar del mundo, y ¿qué voy a ver?, ¿con qué nuevas imágenes voy a alimentar mi alma?, y bueno, es indescriptible la sensación.
En fin amiga, sólo quería desearte un muy feliz cumpleaños y espero poder verte mañana.
Sigue escribiendo que me encanta!!!!!
Un abrazo y un beso enormes.
Gabriela
Amiga querida,
ResponderEliminar¡Muchas gracias por leerme y por comentar! Lo aprecio porque se siente bonito, y además porque sé que eres una vecina feliz de este barrio, y me encanta que podamos compartirlo.
Te quiero muho amiga... ¡me alegra tenerte como compañera de viaje por este mundo!