Así se veía la Luna esta madrugada. No, de hecho, Venus estaba aún más cerca, casi rozando la orilla de Selene. Fue lo primero que vi al despertar. Me levanté como zombie y fui directo a la habitación de Sabina, aún tallándome los ojos. Abrí sus persianas y, una vez más, me dejó pasmada la belleza. ¡Cuántas lecciones hay a mi alrededor que a veces no veo por falta de perspectiva! Ahí estaba, mi satélite favorito, mirándome a lo lejos, y sonriéndome con su lunar brillante pegadito a los labios, como el mío. Luna feliz... porque sí.
P.D. ¿Alguien me puede explicar por qué a veces la luna se ve al oriente y a veces al poniente, a la misma hora? Es confuso.
miércoles, 22 de abril de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario